REPRODUCCIÓN DE LAS REFLEXIONES DEL DR. MBA MONBE.
El Departamento de Comunicación de la C.I., en cumplimiento con los desos de la opinión pública, los asiduos lectores de esta pagina web, reproduce las reflexiones que ha realizado Dr. Samuel Mbá Monbé en la pagina GE.NET, para los interesados para que puedan opinar sobre la situación del caos político que atreviesa Guinea Ecuatorial y emitir sus pareceres, lo cual puede ayudar a los analisis de los actores políticos de nuestro país, para tomar conciencia ante el peligro que se asoma de alargar la dictadura hasta un siglo, cuya campaña se ha iniciado. Este es el titulo y su trabajo:
La Oposición debe reorganizarse (publicado por: LD)
Por: Dr. Samuel Mbá Mombé
Convencido de que la oposición no ha dicho su última palabra, quisiera una vez más recordar que nuestro fracaso en el proceso bautizado de democratización nos obliga a reflexionar seriamente sobre el futuro de la oposición si queremos seguir siendo considerados como tal en la escena política de Guinea Ecuatorial. Cuando hablo de la oposición me refiero a los que a pesar de todo tipo de tentaciones no se han entregado en las manos del régimen, actitud que debemos felicitar.
Guinea Ecuatorial sigue contando con personas de irreprochable solvencia moral, intelectual y profesional capaces de articular y vertebrar un proyecto serio y fiable de democratización sin ambigüedades. La ligereza con la que se está tratando los temas de envergadura nacional conduce a que nadie nos tome en serio a pesar de la gravedad de la situación que atraviesa nuestro país. Al respecto, urge que aprendamos de los errores que consciente o inconscientemente hemos cometido y que han conducido al actual estancamiento. Sin desestimar el papel perturbador del régimen en el proceso de democratización, la oposición debería centrar su atención no en lo que hace el régimen, sino en cómo poner orden en su propia casa para mejor canalizar sus actividades. Es normal que el régimen actúe de esta forma porque sabe perfectamente que sería su fin si la oposición consigue reorganizarse, pero si no se llega a tal reorganización, difícilmente podemos obligar al régimen y a sus aliados internos y externos para que nos sentemos a dialogar sobre el futuro de Guinea Ecuatorial.
La oposición ya no puede contentarse con meras críticas al régimen sino que ya es momento de pasar de las palabras a las acciones. Nuestra supervivencia como oposición y alternativa al actual estado de cosas, dependerá de nuestra capacidad de reorganización y reagrupación en un frente capaz de inspirar confianza tanto a nivel nacional como internacional. Un frente basado en la confianza, respeto y en la convicción de que ha llegado el momento de emprender acciones encaminadas a poner fin a la situación de miseria moral, política y social que atraviesa nuestro país a pesar de su potencial en recursos humanos y naturales que nos hacen soñar con una Guinea Ecuatorial próspera en todos los sentidos.
La experiencia demuestra que la formación de alianzas, llámese plataformas sin previo análisis profundo de los objetivos y sin unas convicciones políticas claras, ha conducido a los fracasos ya casi habituales que hemos conocido hasta la fecha. La oposición debe diseñar un proyecto con objetivos claros siendo el primero, la conquista del poder político para después poner en marcha las actividades socio-económicas encaminadas a mejorar el nivel de vida de los guineoecuatorianos. Mientras el poder sigue en manos de los que durante décadas mal-gobiernan el país, difícilmente se puede salir del actual estancamiento.
Las próximas elecciones legislativas deben ser el objetivo para dar el primer paso en ese sentido y la oposición debe ejercer desde ya la presión necesaria que obligue al régimen a aceptar la apertura de unas negociaciones serias y transparentes con la oposición bajo supervisión internacional. Tal presión sólo es posible si la oposición exterior decide retornar en bloque al país asumiendo todas las consecuencias que conlleva dicha empresa. La política de mando a distancia ya no repercute en nada razón por lo que hay que tener el coraje de irnos a ejercer la presión en el terreno del adversario asumiendo todos los riesgos que todo esto supone. Algunos dirán con razón que es una operación arriesgada (y lo es por supuesto), pero no nos queda otra salida que aceptar esta cruda realidad. No se puede querer ir al cielo temiendo la muerte. Si hacemos una reflexión profunda y objetiva de nuestra situación, nos damos cuenta que el régimen nos lleva una enorme ventaja porque actúa sólo en el terreno. Esta situación es inaceptable. Se trata de mostrar nuestro compromiso con la lucha democrática en la liberación de nuestro país del yugo dictatorial. Si somos conscientes de nuestro papel en la vida política de nuestro país, debemos pues, enfrentar este desafío que sin duda abrirá nuevos horizontes para nuestros pueblos sumidos hoy en la miseria y pobreza tanto moral como material como consecuencia de la política de exclusiones practicada por el régimen en plaza. El retorno al país no es una aventura sino una decisión valiente para plantar cara al régimen a fin de que el pueblo y el mundo sepan que la oposición guineana no está dispuesta a seguir soportando la burla crónica del régimen.
El objetivo del retorno sería como se ha dicho, ejercer presión sobre el terreno a fin de conseguir la apertura de unas negociaciones que conduzcan al establecimiento de la hoja de ruta a seguir en el proceso de normalización de la vida política del país. La oposición debe tener ideas claras sobre su papel en este proceso de normalización para evitar los ridículos del pasado. Los egocentrismos, personalismos, egoísmos, protagonismos, etc. sólo pueden conducirnos a un nuevo fracaso. Cualquier retorno estaría supeditado al compromiso firme del régimen de garantizar la seguridad física de los líderes políticos y demás personas implicadas en el tema sin militancia en los partidos políticos. Es también conditio sine qua non el comienzo de las negociaciones en un tercer país aceptado por ambas partes y que dicho país se comprometa a vigilar de cerca el cumplimiento de los acuerdos a que se puedan llegar en el supuesto caso de que dicho encuentro tenga lugar. El balón está pues en el terreno del régimen. Lo que la oposición debe hacer en estos momentos es prepararse para estar a la altura de poder negociar una transición con la participación de todos sin exclusiones ni presiones de ninguna clase. La transición a la democracia sólo será posible si todos (oposición-gobierno) declaran sin ambages su plena voluntad de abrir un debate serio y transparente sobre el futuro de Guinea Ecuatorial. Esto sólo es posible a través de una Conferencia Nacional Soberana en la que todos tendremos la oportunidad de mirarnos en la cara y hablar sin complejos ni miedos. Hay que tener el coraje de mirarnos en la cara y si alguien tendrá que pedir perdón por sus actos que lo haga porque el saber pedir perdón también es una valentía.
Fuente: LD Publica: El Departamento de Comunicaciones de la C.I.
